Coaching de Salud Integral… una conversación diferente para la Salud y el Bienestar
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RENDIRNOS ANTE LA REALIDAD

La realidad la podemos definir de distintas formas, llamamos realidad a todo aquello que nos rodea, a lo tangible e intangible, a todo lo que sentimos y apreciamos a través de nuestros sentidos. La realidad también corresponde a las relaciones que tenemos y mantenemos con los demás; también es realidad nuestra relación con todos los elementos con los que interactuamos y la relación entre ellos como tal. La realidad se hace presente como un componente que pareciera estar fuera de nosotros mismos y que a su vez invade nuestros pensamientos y determina nuestras acciones.

Sin embargo, cuando desafiamos el concepto de “realidad” y lo desarropamos, nos encontramos que la realidad corresponde a una interpretación inherente a cada individuo, y esta relación esta incluso determinada por muchos elementos, tales como: la cultura, el país donde vive, la comunidad donde habita, su familia, su trabajo, el entorno que lo rodea. Esta interpretación de la realidad también viene determinada por la forma en que fue percibida mediante el sistema sensorial (los sentidos), y se instala en nuestro mapa mental como realidad interna una vez que filtramos la información en función a nuestras experiencias, pericia y conocimientos.

En el recorrido de la vida nos toca albergar muchas realidades, todas distintas, relacionadas e interpretadas. Unas realidades nos causan mucha satisfacción y otras son de menos regocijo.

El caso es que indistintamente de ello, aprendemos a vivir y ensimismarnos “en la realidad”, y con ello, nos sumergimos en los distintos estados de ánimo que nos provoca determinada vivencia. Cuando la realidad corresponde a la de menos regocijo, los estados de ánimo que concuerdan son emociones relacionadas con la tristeza, la ira, el miedo, la insatisfacción; y muchas veces iniciamos un proceso de estancamiento. Ese es el estado donde no podemos concedernos estar. Generalmente estas emociones condicionan nuestra capacidad de actuar y tomar decisiones, y no nos permiten ver el propósito y el compromiso que tenemos con nosotros mismos. En estos estados de ánimo nos ponemos en resistencia con nuestro entorno provocando muchas veces apartarnos y quedarnos en un ciclo de no continuidad.

Vivir “en la realidad” puede provocar una simbiosis entre nosotros y la interpretación que le dimos a dicha vivencia, impidiendo abrir la ventana hacia las distintas posibilidades. Vivir “con la realidad” implica “aceptarla como elemento circunstancial”, abstraernos de nuestra interpretación y admitirla para reconsiderar un nuevo comienzo (Restart).

Rendirnos ante la realidad es un acto de entereza, sucumbirnos ante ella nos proporciona la paz a la lucha interna que nos damos en el espacio de resistencia de una situación que no podemos cambiar. “Vivir con la realidad”, es tomarla de la mano y entender que forma parte de nuestra interpretación y del día a día, es reconocer que no podemos cambiar las circunstancias, pero si podemos iniciar un proceso de cambio, que nos permita la trasformación para el engrandecimiento. Durante el proceso desarrollaremos nuevas experiencias y conocimientos que actualizarán nuestros mapas mentales para gestar nuevas estrategias de pensamientos, todos orientados a la acción que conlleven al compromiso que adquirimos con nosotros mismos y que no estamos dispuestos a abandonar.

Rendirnos ante la realidad, no es abandonar, es aceptar las circunstancias para replantearnos una nueva estrategia e iniciar un nuevo juego que nos permita continuar con nuestro compromiso de vida y el motivo que escogimos para estar en el presente que estamos. Rendirnos ante la realidad significa dejar caer el manojo de la inmovilización.