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El Ego como Inhibidor del Aprendizaje

En ocasiones nos encontramos con personas que aparentemente no parece faltarles nada, hablan de tener la mayor parte de sus aspectos de la vida desarrollados a plenitud en prácticamente un 100%, donde el logro los transforma en personas de éxito, en personas que se sienten autorrealizadas, auto gestionadas y satisfechas a plenitud. Generalmente, las personas en este nivel han pasado por un proceso de autoconocimiento de sus capacidades y la motivación hacia el logro de sus objetivos es el elemento apalancador que les permite movilizarse y accionarse.

Lograr la autorrealización mediante la acción que conlleva el cumplimiento de ciertas metas es un alimento para el “Sistema de Emociones”, podríamos decir que un individuo auto realizado pudo haber pasado probablemente de la emoción del miedo a la emoción derivada de la confianza, creatividad, aceptación de hechos, falta de prejuicios, respeto, etc. El sistema de emociones se alimenta de este proceso de aprendizaje y retroalimenta el sistema de valores y creencias lo cual incide en el comportamiento de los individuos.

Ser una persona auto realizada es en cierta forma lo que queremos lograr, lo que visualizamos de nosotros mismos, y para ello habremos pasado por distintas fases que nos permitirán crecer como individuos. De manera innata contamos con el deseo de la autorrealización y también contamos con la capacidad de lograr lo que deseamos si estamos en el ambiente propicio. La autorrealización es el estado ideal del individuo en términos de su desarrollo personal.

En el proceso de la autorrealización el individuo pasa por un proceso de aprendizaje importante y resultado final conlleva a vivir a plenitud el sentimiento de poder ser capaz de alcanzar lo que desea. Este sentimiento no es negativo, por el contrario, es insumo para seguir creciendo y aprendiendo.

Ahora, el desafío en estos procesos se encuentra en enfrentarse con el “Ego”, que en algunos casos aparece de manera inconsciente trayendo el orgullo, la arrogancia, el poder e incluso hasta el menosprecio hacia los demás. Pareciera que el contexto y realidad exterior presente no existen y las personas entran en un proceso de inmersión dentro de sí mismo perdiendo la conexión con los demás, como elementos de un sistema del cual necesitamos nutrirnos para crecer.

El Ego conlleva muchas veces a la consecuencia natural de pretender “estar” en el futuro, sin tomar en cuenta la vivencia del presente, esta situación representa una tensión interna que causa angustia y preocupación. No conectarse con el sistema del “aquí y ahora” nos inhibe vivir una vida plena y aprender del ella.

Prestar atención al presente es tomar consciencia de los pensamientos, sentimientos, palabras, acciones, reacciones, humores y deseos que manifestamos hacia los demás y que los demás nos manifiestan a nosotros. Cuando estamos inmersos en el Ego y el sistema de emociones que esto comprende, no vemos la oportunidad de percatarnos de cada detalle que nos ofrece el sistema que nos rodea para analizar y entender que en cada uno de estos detalles hay información que apalanca nuestro proceso de autorrealización.

Mientras más atención prestamos al presente, generamos más energía para continuar conectados con el “aquí y ahora” y de esa manera nuestra realidad exterior es un gran insumo para nuestro proceso de aprendizaje.

El orgullo y la desconexión con el “aquí y ahora” forman parte del Ego. Desprenderse de lo que “somos” para iniciar un nuevo proceso de aprendizaje no es fácil, sin embargo, hay opciones cuando a través de una actitud positiva aceptamos continuar aprendiendo para para el cambio y empoderamiento que conlleva vivir la vida a plenitud. La autorrealización es un ciclo que invita a escucharnos constantemente para evaluarnos internamente.

AUTOR: Carmen Franco